martes, 3 de febrero de 2009

Sony Mofiria, venas en lugar de huellas digitales

Mofiria es una nueva tecnología de autenticación de personas mediante una lectura de la disposición de las venas de sus dedos, que la empresa podría Sony incorporar a los dispositivos móviles el próximo año. Está basado en una cámara que utiliza un sensor CMOS, y puede identificar a una persona en no más de 0.015 segundos. Según Sony, esta tecnología de autenticación no solo es mucho más fiable que cualquier otro sistema de seguridadbiofísico, sino que pueden efectuarse lecturas más rápidas.


El recordar contraseñas será  algo del pasado
El recordar contraseñas será algo del pasado

¿Huellas dactilares? ¿Exploraciones de retina? Olvídalo. La manera más “top” de identificar a una persona es la lectura de la forma en que se ramifican las venas de sus dedos. O al menos, eso cree Sony, que acaba de anunciar un sistema denominadoMorfiria que promete hacer nuestros gadgets prácticamente inviolables.

Preservar con seguridad la integridad de los datos que guardamos en nuestros teléfonos móviles (cada vez mas parecidos a un ordenador) o en nuestras computadoras requiere de la memorización de contraseñas mas o menos complejas, que sean capaces de resistir un ataque por fuerza bruta. Esto es particularmente problemático cuando el dispositivo en cuestión está conectado a Internet. Si el sistema de Sony tiene éxito, el recordar contraseñas será  algo del pasado: bastará con que llevemos nuestros dedos con nosotros.

Según los analistas de Sony, la tecnología de autenticación basada en la disposición y ramificación de las venas de un dedo del usuario no solo es mucho más fiable que cualquier otro sistema de seguridad biofísico, sino que pueden efectuarse lecturas más rápidas. Tal como ocurre con los pliegues de la piel que dan lugar a las huellas digitales o los patrones estampados en nuestras retinas, las venas difieren de una persona a otra y su disposición no cambia con los años. Esto le permitirá a quienes implementen Morfiria realizar transacciones comerciales con total seguridad desde una notebook con conexión wifi o incluso desde teléfonos móviles, ya que el sistema es lo suficientemente pequeño como para ser admitido “a bordo” de uno de estos cacharritos.

Morfiria puede identificar a una persona en solo 0,015 segundos
Morfiria puede identificar a una persona en solo 0,015 segundos

Parece que diferenciación entre las venas de una y otra persona es lo suficientemente grande como para que Morfiria tenga un índice de falsos rechazos menor al 0.1 por ciento. Además, es muy fácil de leer, gracias a la utilización de una luz infrarroja potente y un sensor CMOSsimilar al que incorporan las cámaras digitales. Según Sony, Morfiria puede identificar a una persona en solo 0,015 segundos cuando corre en un ordenador, y en un cuarto de segundo si se ejecuta sobre un teléfono móvil. Realmente, es bastante más rápido que introducir una larga contraseña.

Un detalle muy importante es que no se necesita necesario tener el dedo colocado siempre de la misma forma frente al sensor, tal como ocurre con los sistemas actuales de identificación por huellas digitales. En Morfiria, el software es lo suficientemente inteligente como para “rotar” el “mapa” obtenido de la imagen y ver su encaja con los daros que están almacenados en el perfil del usuario.

Sony no ha sido la primera compañía en intentar diferenciarnos gracias a nuestras venas. Hace algunos meses Fujitsu lanzó un ratón hace lo mismo que Morfiria, pero leyendo las venas de la palma de la mano.

jueves, 29 de enero de 2009

Elevator 2010: el X-Prize del Ascensor Espacial

¿Por qué viajar al espacio en costosos (e inseguros) transbordadores espaciales si podemos hacerlo en ascensor? Esta es la pregunta que intentan responder en la competencia Space Elevator: 2010, una verdadera carrera en la que se trata de poner en marcha un sistema revolucionario para poner satélites en órbita, sin usar cohetes.



El ascensor espacial, propuesto por Clarke 

Un ascensor espacial es un ingenio propuesto por el escritor de ciencia ficción Arthur C. Clarke y la idea es engañosamente simple: solo hay que colocar un peso importante en orbita geoestacionaria, a 36.000 kilómetros de altura sobre el ecuador de la Tierra, y “atarlo” a nuestro planeta mediante una “cuerda” superresistente que hace las veces de “torre” por la que suben y bajan cabinas presurizadas capaces de llevar y traer cargas al espacio. Space Elevator: 2010 es una competencia que desafía a varios equipos de investigación a desarrollar proyectos orientados a la construcción de un ascensor espacial. Está financiada y supervisada por la Spaceward Foundation y Centennial Challenges, de la NASA.  

La idea de esta especie de súper-concurso es la creación de un sistema mecánico que reemplaza a los “anticuados” vectores basados en cohetes de diferentes clases (léase: transbordador espacial, Ariane y demás). Es que a pesar de que cumplen bastante bien con su misión –al fin y al cabo, todos los satélites en órbita han viajado a bordo de alguno de estos dinosaurios- son enormemente costosos, contaminantes y, sobre todo, poco eficientes. Veamos un ejemplo: el transbordador espacial pesa, en el momento del despegue, exactamente 2.041.166 kilogramos. Y la carga útil que puede transportar es de solo 28.803 kilogramos. Es decir, puede transportar solo cargas que representan el 1.4% de su peso. Si fuese un coche, solo podría llevar un pasajero de unos 15 kilos de peso. Este rendimiento casi ridículo es lo que hace tan caro poner en órbita un satélite. Pero si tuviésemos un ascensor que nos dejase a 30.000 kilómetros de altura con todo y paquetes, otra sería la cuestión.

Estamos lejos tener semejante ascensor en funcionamiento


Los expertos calculan que el costo operativo de un ascensor de este tipo seria de solo el 1% del que actualmente representa un viaje en transbordador. Por supuesto, el desafío es enorme: llegar a la órbita geoestacionaria equivale a subir a la terraza de un edificio de unos 12 millones de plantas. Para estimular a las universidades y empresas particulares a buscarle una solución a este problema nació el premio Space Elevator: 2010. 

La Spaceward Foundation proporciona, todos los años, el marco para que las empresas y aficionados demuestren de qué son capaces. Allí se comparan ideas y se ponen a prueba compuestos y componentes que quizás algún día formen parte del primer ascensor espacial. Por ejemplo, el organizador instala una cinta más o menos larga, que pende de una gran grúa, y los participantes deben demostrar cómo sus “cabinas de ascensor” pueden trepar por ella llevando la mayor cantidad de peso posible. La mayoría de los proyectos presentados justamente funcionan de esa manera: una cabina de ascensor que sube y baja por el exterior de un soporte.

Estamos aún lejos de lograr tener semejante ascensor en funcionamiento, pero día a día se hacen avances significativos. Por ejemplo, un equipo de científicos británicos desarrolló una tecnología que es indispensable para el proyecto. En efecto, investigadores pertenecientes a la Universidad de Cambridge construyeron un cable de carbono flexible, liviano e increíblemente fuerte, que tiene el potencial de “expandirse” hasta alcanzar alturas enormes. Este compuesto podría ser la columna vertical del ascensor. La NASA les otorgó un financiamiento de cuatro millones de dólares para que sigan investigando este material.



Uno de los desafíos que deben enfrentar los participantes es lograr que sus modelos a escala sean capaces de trepar una distancia de un kilómetro a una velocidad mínima de 2 metros por segundo. Los mejores resultados hasta la fecha incluyen distancias de sólo 100 metros y velocidades máximas de 1,8 metros por segundo. A 2 metros por segundo, el viaje de 36 mil kilómetros hasta la órbita insumiría unas 5000 horas (más de 208 días), de ahí el interés de la Spaceward Foundation en estimular la construcción de modelos más veloces. El próximo encuentro está previsto para abril y, si gustas, puedes llevar tu modelito. 


Hace unos cuantos meses un equipo de científicos japoneses anunció que habían construido un cable de nanomateriales que era unas 180 veces más resistente que el acero. Era el candidato ideal para dar forma a la columna del ascensor, pero no hemos vuelto a oír hablar de ellos. Si alguno de estos equipos da en el clavo, es posible que el turismo espacial finalmente sea accesible a todo el mundo (y que el ascensor de tu edificio tenga un botón que llegue a la Luna).

Lancelot: El primer perro "comercial" clonado

Un cachorro de labrador de 10 meses, que fue clonado por una empresa californiana llamada BioArts Internacional, se ha convertido en el “primer perro clonado comercialmente en el mundo". El animal fue entregado a sus dueños Edgar y Nina Otto, estadounidenses y residentes en Boca Raton, quienes pagaron 155.000 dólares por esta copia de su viejo perro.

Finalmente el sueño de muchos dueños de perros se ha hecho realidad: si disponen del dinero necesario pueden encargar una copia viva de sus mascotas. Efectivamente, y tal como puede leerse en el parte de prensa de BioArts Internacional, la empresa encargada del servicio de clonación, por unos 120 mil euros ya puedes encargar un clon de tu mascota. Ni siquiera hace falta que esperes a que el original muera, ya que solo hace falta un poco de su material genético para llevar a cabo el “milagro”.

Edgar y Nina Otto son una pareja de Florida que no se resignó a vivir sin su querido perro labrador llamado Lancelot. Los Otto fueron una de las cinco familias que, en Julio de 2008, participaron en un concurso para convertirse en los primeros poseedores de un perro clonado. Lancelot ya estaba muerto en ese momento, pero afortunadamente la pareja había congelado material genético del can (cosa rara, si nos preguntan). En Octubre este material fue implantado a una hembra en Corea del Sur y, el 18 de Noviembre, nació el cachorro. Como resultado de la transacción comercial, los Otto fueron 155 mil dólares más pobres pero recibieron como compensación una pequeña bola de pelos llamada Lancey, que es genéticamente 100% idéntico a Lancelot.



El cachorro ya se encuentra en su casa

“Estamos tan felices de tener al pequeño Lancey por fin en nuestra familia", dijo Nina. "Es que su antecesor significaba mucho para nosotros, y estamos fuera de sí de alegría", agregó. El cachorro ya se encuentra en su casa, donde comparte el jardín con otros nueve perros, diez gatos y seis ovejas (que serán la ruina de la familia, si deciden clonar uno cada vez que se mueren). El responsable del servicio de clonación, Lou Hawthorne, describió al cachorro como un "pequeñito muy vivaz, que mordisquea todo y ya roba cosas". Si todo ha salido bien, el cachorro tendrá una vida normal de unos 12 o 13 años. Además es "totalmente fértil", por lo que podrá tener descendencia.

En realidad, la idea de hacer algo de dinero mediante la clonación de mascotas le vino a Hawthorne hace más de 10 años, en 1997. Las noticias de la oveja Dolly -primera copia genética de un mamífero- ocupaban la primera plana de todos los diarios y Hawthorne, con una gran visión comercial, le compró al equipo de Dolly la licencia mundial para clonar perros y gatos.

En 2004, Hawthorne había puesto en marcha Genetic Savings and Clone, una empresa de biotecnología que fue noticia por clonar gatos a pedido y venderlos por 50.000 dólares. Sin embargo, poco tiempo después quebró porque el procedimiento no era rentable económicamente. En agosto de 2005, el veterinario Hwang Woo Suk, de Corea del Sur, presentó por primera vez un clon de un perro vivo, un afgano llamado Snuppy. A pesar de que Hwang estuvo envuelto en un fraude relacionado con el estudio de células embrionarias humanas, cuyos resultados estaban falsificados, Snuppy era realmente un clon auténtico. Ni lento ni perezoso, Hawthorne y su BioArts Internacional se contactaron con Woo Suk. Ahora, la empresa californiana espera realizar en un laboratorio surcoreano el resto de sus proyectos de clonación.

Arte prehistórico en la India

Dispersas por toda la India hay miles de pinturas rupestres prehistóricas dibujadas en cuevas, bosques y dólmenes. El Centro Nacional de Arte Indira Gandhi acaba de poner en marcha un gran proyecto para estudiarlas. Arqueólogos, artistas, geógrafos, geólogos, historiadores, botánicos y antropólogos participarán en este “proyecto etno-arqueológico”, que no sólo pretende localizar y conservar estas pinturas prehistóricas, sino también descifrar su significado.

La zona de Tamil-Nadu, en el extremo sudeste del país, será uno de los primeros destinos de este equipo multidisciplinar. En esta zona se han identificado más de 80 pinturas diferentes. Algunas parecen contar historias completas de cacerías con niños y perros, escenas de guerra, individuos remando y hombres ataviados con máscaras de pájaro. También se han encontrado figuras geométricas decorativas a base de círculos, triángulos y otros motivos ornamentales.

¿Cuál es el origen del dicho “el que corta el bacalao”?

El modismo “el que corta el bacalao” se utiliza frecuentemente para referirse al sujeto que manda o está al frente de un grupo de personas. El origen de esta expresión se remonta al siglo XVI, cuando el bacalao salado comenzó a adquirir una relevancia comercial en nuestro país, especialmente en Cataluña y el País Vasco. Este pescado vino a sustituir en los hogares españoles a la merluza secada al aire, que empezó a escasear y a ser prohibitiva para las clases más desfavorecidas.



El consumo de bacalao en salazón, procedente de los bancos de El Labrador y Terranova, también se extendió por el Nuevo Mundo. Precisamente, este pescado desecado servía para alimentar a los esclavos que trabajaban en las plantaciones de caña de azúcar de las regiones caribeñas. A la hora de la comida, los trabajadores hacían unas largas filas para recibir el rancho, y era precisamente el capataz el que troceaba el bacalao y lo repartía entre los esclavos. De esta práctica colonial proviene el dicho

Vamos a detectar mentiras

Tardamos más tiempo en decir una mentira que en contar la verdad. Exactamente un 30% más, según acaba de demostrar un equipo de investigadores británicos. Para probarlo han utilizado el test TARA (siglas de Timed Antagonistic Response Alethiometer), que plantea a los sujetos una serie de cuestiones en la pantalla de un ordenador y analiza la velocidad de respuesta con un complejo algoritmo. Los más lentos en contestar son también los más embusteros.

Aiden Gregg, psicólogo de la Universidad de Southampton y creador de TARA, cree que las diferencias en la velocidad de respuesta se deben a que mentir requiere una actividad cognitiva más compleja que ser honestos. Y sugiere que este test podrá reemplazar a los actuales métodos para detectar mentiras que usan los criminalistas. “Los mentirosos habituales ya saben que las personas miran hacia otro lado o se tocan la nariz cuando mienten, por lo que han aprendido a controlar sus movimientos y mirar directamente a los ojos”, explica Gregg. Además está demostrado que los polígrafos, que miden cambios en la presión sanguínea o la temperatura corporal, pueden “acusar” de mentir a muchos inocentes. 

Según los expertos, una persona normal dice tres mentiras en una conversación de diez minutos, a lo que hay que añadir un buen puñado de omisiones, faroles y exageraciones sin importancia. Sin embargo, los interlocutores solo detectan las trolas en un 54% de las ocasiones.

Hacia el cerebro sintético

 Investigadores de la Universidad del Sur de California están dando los primeros pasos hacia el desarrollo de cerebros sintéticos creando neuronas a partir de nanotubos de carbono que imitan algunas funciones cerebrales. 

“En este momento aún no sabemos si crear un cerebro artificial completo será posible” dice la ingeniera Alice Parker. “Puede llevarnos décadas crear algo que se parezca mínimamente al cerebro humano, pero obtener piezas como un sistema de visión artificial o una cóclea sintética que interactúen con un cerebro real podría estar disponible bastante pronto”, vaticina

A diferencia de los programas informáticos (software) que simulan la actividad cerebral, el cerebro sintético estaría formado por hardware que imitaría a las neuronas. Y por lo tanto, cada una de estas células artificiales debería poseer también la compleja plasticidad necesaria para aprender con la experiencia y adaptarse a los cambios en el entorno. 

El segundo reto tiene que ver con el espacio. Si para el año 2022 se construyera un cerebro sintético con la tecnología actual, se necesitarían billones de neuronas artificiales que ocuparían una habitación completa. “Obviamente la tecnología tendrá que reducir su tamaño si queremos usarla en un ser humano o para fabricar un cerebro robótico”, dice Parker. A estas dificultades hay que añadir que el cerebro nunca se apaga, lo que en el terreno de lo sintético supondría un problema de suministro de energía. 

Aunque antes de llegar a todo eso hay que resolver el problema de las conexiones y comunicaciones neuronales. Cada neurona del córtex cerebral está conectada a decenas de miles de compañeras. Se necesitan muchas matemáticas y complejas operaciones computaciones para conseguir que neuronas artificiales de carbono reciban y transmitan señales tal y como sucede en nuestro órgano pensante. 

Parker y sus compañeros han escogido los nanotubos de carbono para sus experimentos porque, gracias a su estructura tridimensional, permite establecer "conexiones en todas las direcciones y planos". Además de que una prótesis de este material orgánico tendría menos peligro de ser rechazada por el cuerpo humano. 

Al margen de los retos tecnológicos, desarrollar un cerebro sintético, o incluso sólo una parte, también plantea cuestiones bioéticas. Por ejemplo, si como apuntan las últimas investigaciones el papel de las emociones en el aprendizaje y el resto de las funciones cerebrales es tan importante, habrá que entender cómo funcionan a nivel molecular.

El sentido del ritmo es innato

Si la música rock le hace vibrar y al oir el tac-pum tac-pum-pum de una batería no puede evitar mover los pies acompasadamente, sepa que no es el único. Los recién nacidos llegan al mundo con una capacidad innata para detectar el ritmo regular, según revela un estudio publicado hoy en la revista PNAS. 

La música, concluyen los autores, es apreciada desde el útero materno, y una vez que nacemos podemos sentir el ritmo incluso mientras dormimos. Para probarlo, el húngaro Istvan Winkler trabajó con 14 niños sanos de 37 a 40 semanas de edad, a quienes les hizo escuchar algunas canciones Rhythm & Blues mientras medía la actividad de su cerebro con electrodos no invasivos. Cuando probó a eliminar algún golpe del ritmo, el investigador y su equipo comprobaron que los pequeños reaccionaban negativamente, detectando una violación de sus expectativas sensoriales. "El sistema auditorio de un bebé funciona del mismo modo que el adulto, haciendo continuamente predicciones”, explica Winkler.

Los resultados indican que la percepción de un sonido rítmico, y posiblemente otros aspectos de la apreciación musical, nos acompañan desde que nacemos, lo que implica que la música podría tener ventajas evolutivas para los seres humanos. Además, si bien el desarrollo del lenguaje tarda mucho, el nuevo estudio confirma que la música es el primer lenguaje que los padres deberían usar para comunicarse con sus hijos.

Breve e intenso el ejercicio es mejor

Para cuidarnos ya no hace falta pasar largas horas en el gimnasio. Lo mejor contra la diabetes y las cardiopatías es el ejercicio breve e intenso durante sólo un par de minutos según una nueva investigación que publica la revista BMC Endocrine Disorders. 

Según James Timmons, responsable del estudio, una rutina corta e intensa de ejercicio, por ejemplo 4 sprints de 30 segundos en una bicicleta estática repetidos tres veces a la semana, podría reducir dramáticamente el riesgo de desarrollar diabetes y enfermedades del corazón. El efecto se debe, asegura, a que este tipo de ejercicio tiene un efecto importante en la capacidad del organismo para procesar azúcar. 



Para determinar el efecto de lo que Timmons llama “intervalos de entrenamiento de alta intensidad” (HIT) en los procesos metabólicos, el científico estudió a 16 hombres sedentarios que llevaron a cabo tres sesiones de ejercicio cada siete días durante dos semanas. Cada sesión consistía en hasta 4 sprints sobre la bicicleta. En cada aceleración los hombres debían ejercitarse lo más rápido posible durante los 30 segundos y tomar unos minutos de descanso absoluto entre cada aceleración. A las dos semanas, el científico afirma que detectó una mejora del 23% en las funciones de la insulina. 

Aunque el estudio fue llevado a cabo con hombres jóvenes, el profesor Timmons cree que esta rutina podría beneficiar a gente de todas las edades y de ambos sexos. 

“Mucha gente dice no tener tiempo de seguir las actuales recomendaciones para ejercitarse (al menos 20 minutos diarios)”, señala el científico. Ahora que ha demostrado que realizando ejercicios musculares intensos pero breves se mejora dramáticamente el metabolismo de la persona en sólo dos semanas lo tenemos mucho más fácil para cuidarnos.

La importancia del nombre

Una vaca con un nombre de pila produce más leche que una sin apodo según acaban de demostrar dos investigadores de la Universidad Newcastle. La clave, explican Catherine Douglas y Peter Rowlinson en la revista Anthrozoos, está en tratar a estos rumiantes de manera individual. “Igual que las personas respondemos mejor al contacto físico, las vacas se sienten más felices y relajadas si se les presta atención una a una”, dice Douglas. Según la investigadora, dando más importancia al individuo, por ejemplo poniendo un nombre a cada vaca e interactuando con el animal mientras crece, no sólo mejoramos su bienestar sino que se consigue incrementar la producción. 

Para demostrarlo, Douglas y Rowlinson estudiaron más de 500 granjas británicas. En un 46% de los casos analizados los granjeros habían puesto un nombre a cada animal. Y los datos revelaron que esas vacas proporcionaban 258 litros más de leche que el resto. “Hemos encontrado un método sencillo y sin costes para mejorar la producción”, concluye Douglas.

miércoles, 28 de enero de 2009

¿Cómo miden los animales el paso del tiempo?¿Saben los animales qué son el pasado y el futuro?

Detrás de los amorosos ojos perrunos de Toby, su mente está zumbando, recordando el paseo de ayer: la hierba, una ladera del parque y hasta un conejo que corre a esconderse. Casi sonríe al recordarlo, y se pregunta si le dará tiempo a echarse una siestecita antes del garbeo de hoy. Para unos investigadores de la inteligencia animal, esta escena obedece a la realidad, y para otros es pura ficción. ¿Pueden los animales reconstruir eventos pasados e imaginarse a sí mismos en futuros escenarios, o es algo que solo nosotros podemos hacer? El neurocientífico Endel Tulving comenzó a estudiar en 1983 la memoria episódica humana; es decir, cómo la mente es capaz de recrear momentos concretos de su pasado e imaginarse en el futuro. Ya en 1997, Thomas Suddendorf y Michael Corballis, de la Universidad de Auckland (Nueva Zelanda), acuñaron la expresión “viaje mental en el tiempo”, y afirmaron que esta podría ser una de esas características cognitivas que distinguen al Homo sapiens. Pero crece el número de expertos que creen que otras especies pueden recordar un suceso en un tiempo y lugar específicos, más allá del conocido comportamiento aprendido. Esa es la gran discusión: que un elefante recuerde a alguien que le hizo daño no significa que sepa colocar ese suceso en la línea de tiempo respecto a otros episodios de su vida. Lo difícil es probarlo, porque los humanos podemos verbalizar nuestra memoria y nuestros planes, pero los animales no. Quienes creen que los animales tienen memoria episódica se basan, por ejemplo, en que los delfines son capaces de repetir la última acrobacia que acaban de hacer, porque la distinguen en el tiempo (véase la última página de este reportaje). Y parece que las palomas y las ratas también.

¿Dónde habré puesto yo…?
El mayor éxito al respecto es de 1999. El primatólogo Emil Menzel, de la Universidad Stony Brook (Nueva York), demostró unas habilidades memorísticas aún más sorprendentes gracias al chimpancé Panzee, al que había enseñado a comunicarse señalando símbolos. Menzel escondió comida en la jaula mientras el chimpancé observaba. Hasta 16 horas después, el primate logró guiar a sus cuidadores mediante signos y gestos hasta esos escondites, aunque ellos no sabían qué se había escondido ni dónde. ¿Será porque los chimpancés son casi humanos? No. Los arrendajos de matorral occidentales, de la familia de los cuervos, y con un talento peculiar para esconder y recuperar comida, van más allá. En 1998, Nicola Clayton y Anthony Dickinson, de la Universidad de Cambridge, demostraron que pueden recordar no solo dónde han escondido un bocado, sino también qué han escondido y cuándo. Si, por ejemplo, un gusano de cera (Galleria melonella), caviar en el mundo de los arrendajos de matorral, está enterrado mucho tiempo, empieza a descomponerse. El ave parece que lo sabe, y ni siquiera se molesta en recuperar gusanos que hayan sobrepasado su “fecha de caducidad”. ¿Eso demuestra ese “viaje mental en el tiempo”? No: pueden registrar simplemente cuánto tiempo hacía que habían enterrado la comida. Lo mismo puede decirse de las habilidades de Panzee, según Suddendorf: “Yo puedo saber dónde están las llaves de mi coche sin tener necesariamente que recordar haberlas dejado ahí”.

Detrás de los amorosos ojos perrunos de Toby, su mente está zumbando, recordando el paseo de ayer: la hierba, una ladera del parque y hasta un conejo que corre a esconderse. Casi sonríe al recordarlo, y se pregunta si le dará tiempo a echarse una siestecita antes del garbeo de hoy. Para unos investigadores de la inteligencia animal, esta escena obedece a la realidad, y para otros es pura ficción. ¿Pueden los animales reconstruir eventos pasados e imaginarse a sí mismos en futuros escenarios, o es algo que solo nosotros podemos hacer? El neurocientífico Endel Tulving comenzó a estudiar en 1983 la memoria episódica humana; es decir, cómo la mente es capaz de recrear momentos concretos de su pasado e imaginarse en el futuro. Ya en 1997, Thomas Suddendorf y Michael Corballis, de la Universidad de Auckland (Nueva Zelanda), acuñaron la expresión “viaje mental en el tiempo”, y afirmaron que esta podría ser una de esas características cognitivas que distinguen al Homo sapiens. Pero crece el número de expertos que creen que otras especies pueden recordar un suceso en un tiempo y lugar específicos, más allá del conocido comportamiento aprendido. Esa es la gran discusión: que un elefante recuerde a alguien que le hizo daño no significa que sepa colocar ese suceso en la línea de tiempo respecto a otros episodios de su vida. Lo difícil es probarlo, porque los humanos podemos verbalizar nuestra memoria y nuestros planes, pero los animales no. Quienes creen que los animales tienen memoria episódica se basan, por ejemplo, en que los delfines son capaces de repetir la última acrobacia que acaban de hacer, porque la distinguen en el tiempo (véase la última página de este reportaje). Y parece que las palomas y las ratas también.

¿Dónde habré puesto yo…?
El mayor éxito al respecto es de 1999. El primatólogo Emil Menzel, de la Universidad Stony Brook (Nueva York), demostró unas habilidades memorísticas aún más sorprendentes gracias al chimpancé Panzee, al que había enseñado a comunicarse señalando símbolos. Menzel escondió comida en la jaula mientras el chimpancé observaba. Hasta 16 horas después, el primate logró guiar a sus cuidadores mediante signos y gestos hasta esos escondites, aunque ellos no sabían qué se había escondido ni dónde. ¿Será porque los chimpancés son casi humanos? No. Los arrendajos de matorral occidentales, de la familia de los cuervos, y con un talento peculiar para esconder y recuperar comida, van más allá. En 1998, Nicola Clayton y Anthony Dickinson, de la Universidad de Cambridge, demostraron que pueden recordar no solo dónde han escondido un bocado, sino también qué han escondido y cuándo. Si, por ejemplo, un gusano de cera (Galleria melonella), caviar en el mundo de los arrendajos de matorral, está enterrado mucho tiempo, empieza a descomponerse. El ave parece que lo sabe, y ni siquiera se molesta en recuperar gusanos que hayan sobrepasado su “fecha de caducidad”. ¿Eso demuestra ese “viaje mental en el tiempo”? No: pueden registrar simplemente cuánto tiempo hacía que habían enterrado la comida. Lo mismo puede decirse de las habilidades de Panzee, según Suddendorf: “Yo puedo saber dónde están las llaves de mi coche sin tener necesariamente que recordar haberlas dejado ahí”.

Hambre de futuro

Los arrendajos planean qué van a comer, ya que eligen qué tipo de alimento esconden.

Hambre de futuro
Los problemas para probar que los animales pueden pensar en su futuro son similares. En 2006, Nicholas Mulcahy y Josep Call, del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva de Leipzig (Alemania), enseñaron a bonobos y orangutanes a manejar una herramienta que les servía para ganarse un zumo en una “sala de recompensas”. Una vez adiestrados, les mostraban esa herramienta y seis que no eran útiles para obtener el premio, pero dejaban cerrada la sala de recompensas, por lo que los animales no se llevaban ninguna herramienta. Entonces, les abrían la sala de recompensas, pero, al carecer del instrumento adecuado, no podían llevarse el premio. Cerraban la sala y, una hora después, les dejaban de nuevo las herramientas a mano. Los simios aprendían que era mejor guardar el utensilio mientras pudieran, por si volvían a abrir la sala de recompensas. “Esto demuestra que los simios pueden seleccionar, transportar y guardar una herramienta para su uso en el futuro próximo”, dice Call. Pero para Suddendorf, siempre a la contra, lo que parece un plan podría ser en realidad condicionamiento clásico, llevado por una sed de zumo de frutas en el momento del experimento y por haber aprendido poco antes a usar la herramienta con un cierto propósito. Este argumento nace de la llamada “hipótesis Bischof-Köhler” (Norbert Bischof y Doris Bischof-Köhler, de la Universidad Ludwig Maximilian, en Múnich, Alemania). A finales de la década de 1970 sugirieron que, mientras los humanos son capaces de usar su experiencia para pensar en el futuro –planear una comida aunque no tengan hambre, por ejemplo–, los animales solo son capaces de actuar impulsados por su motivación en ese momento.

Por si vuelvo a tener hambre
Un posible contraejemplo procede del trabajo realizado en Costa de Marfil en la década de 1980 por los primatólogos Christophe y Hedwige Boesch. Observaron chimpancés que trasladaban una gran piedra cuando iban en busca de nueces, y después la utilizaban para cascarlas. Ellos vieron aquí un ejemplo de previsión animal, pero Bischof aprecia los mismos problemas: “Es una forma muy impresionante de anticipación del futuro, pero está guiada por su apetito de nueces en ese momento”, dice. Una vez saciados, los chimpancés tiran las piedras, aparentemente sin reparar en que quizá las podrían necesitar en el futuro. Si fueran capaces de prever que van a volver a tener hambre de nueces, las guardarían. Decididos a desmentir a Bischof-Köhler, Clayton y Dickinson (los del experimento con gusanos) idearon un complejo y concienzudo experimento (véase el cuadro a la izquierda) por el cual lograron que unos arrendajos de matorral escondieran para un futuro un tipo de comida del que ya estaban sobradamente saciados.
Para Clayton y sus colegas, lograron desafiar seriamente la hipótesis de que los animales se mueven por los impulsos inmediatos que les causa una situación (sea esta propiciada por el hambre o por otras causas). Sus aves parecían ser capaces no solo de anticipar, sino también de actuar y satisfacer una necesidad futura y muy poco inmediata. Hay otros ejemplos que desafían la hipótesis de Bischof-Köhler. William Roberts y Miriam Naqshbandi, ambos en la Universidad de Western Ontario en Londres (Canadá), dieron a unos monos ardilla la posibilidad de elegir entre uno y cuatro dátiles, una de sus frutas preferidas. Por puro instinto, es predecible que los animales casi siempre escogieran los cuatro.

Ve poniéndome un vaso de agua
A continuación, los investigadores se llevaban las botellas de agua justo antes de que eligieran, y las devolvían justo media hora después si los animales preferían un dátil, mientras que les negaban el agua durante tres horas si se habían decantado por los cuatro dátiles. Los animales pronto empezaron a mostrar una preferencia por un dátil, en vez de los cuatro del principio. Roberts considera que esto sugiere la capacidad de los animales de anticipar que estarán sedientos en el futuro, a pesar de no tener sed en el momento de hacer su elección.
Sin embargo, para Suddendorf tampoco este experimento –ni ningún otro– ha conseguido refutar la hipótesis de Bischof-Köhler. La explicación más probable del comportamiento de los monos ardilla, según él, es que aprendieron a asociar que tomar cuatro dátiles acarreaba la incomodidad de la sed. Esto, dice, no es lo mismo que prever.
Tampoco está precisamente emocionado con los hallazgos de los arrendajos. “Los humanos no tenemos prácticamente límites en lo que respecta a clases de cosas que podemos recordar y planear. Todavía no hay evidencias de que los arrendajos de matorral hagan algo más que esconder y recuperar la comida”. Y no es que sean muy buenos en eso, según él: “Hay que considerar que en el laboratorio no tiene sentido, de hecho, esconder la comida, habida cuenta de que son los humanos los que alimentan a las aves”, escribió junto con Corballis en un ensayo que rebatía el experimento de los arrendajos.

La ‘evidencia de la ausencia’
Clayton dice que esa crítica es “ridícula”, y defiende sus experimentos en un reciente artículo de Animal Behaviour. Señala que, incluso en cautividad, los arrendajos necesitan esconder la comida, no solo porque quizá no venga nadie a darles de comer mañana, sino también para evitar que la roben otras aves. “Dado que el futuro nunca está claro, un poco de seguridad siempre es bienvenida”, comenta Clayton. Además, siempre merece la pena enterrar exquisiteces como gusanos de cera. “Yo siempre escondo los bombones que tomo después de cenar, incluso aunque no me los quiera tomar en ese momento”, confiesa jocosamente. Clayton y Suddendorf están de acuerdo al menos en una cosa: que nadie ha sido capaz de demostrar hasta ahora que estos y otros animales creen imágenes mentales de su pasado o de su futuro. Pero, como apunta Clayton: “No puedes tomar la ausencia de evidencia como evidencia de la ausencia”.
Está por ver si alguien encontrará un camino para proporcionar esta clase de pruebas, o si las dos partes pueden ponerse de acuerdo en qué podría constituir el viaje mental en el tiempo para los animales. Pero en vista de que cada vez se profundiza más en la mente de los animales, podemos esperar que averigüemos mucho más sobre cómo entienden su mundo. Esto tendría consecuencias de gran alcance sobre el modo en que les tratamos y el concepto que tenemos de ellos. Después de todo, quizá ellos tienen sus propios planes.

Pero si yo no sé ni quién soy

Los monos ardilla prefieren comer un dátil porque prevén que tomar más les dará sed

Cuando un chimpancé se mira al espejo cree estar viendo a otro.

Los psicólogos comparativos que investigan la capacidad animal para recordar prefieren hablar de “memoria parecida a la episódica”. Esta solo requiere que el animal pueda recordar lo que hizo, dónde y cuándo. La “verdadera” memoria episódica requeriría una conciencia de sí mismo, cosa que solamente los seres humanos poseemos.

¿No recuerdan nada de nada después de nadar?

Sí lo hacen. Los delfines de hocico de botella son capaces de recordar lo que hicieron en un pasado inmediato. Lo demostró una simple prueba: después de ser entrenados para realizar docenas de trucos diferentes en respuesta a señales manuales específicas, se pidió a los delfines, por medio de otra señal con la mano, que repitiesen el truco que habían realizado por última vez (sin más detalles). Y lograron una tasa de aciertos de casi el 100%.

El menú de mañana

Los arrendajos planean qué van a comer, ya que eligen qué tipo de alimento esconden

Un equipo de la Universidad de Cambridge demostró que algunas aves no solo aguzan el ingenio movidas por el hambre, sino que planean su menú incluso cuando están saciadas. En una primera etapa, pusieron dos comederos para unos arrendajos: uno que a veces contenía piñones y otro en el que nunca había nada. Después abrieron un tercer comedero siempre lleno de piñones; y las aves trasladaron parte de la comida al que siempre estaba vacío, por si un día no había en ninguno de los otros dos. Pero hubo quien dijo que quizá las aves estaban hambrientas y que esa sagacidad se la había propiciado el hambre. Así que los investigadores realizaron el experimento que ves en la foto y que a continuación te explicamos:

Se plantean dos escenarios:
Alimentaron a un arrendajo con pienso hasta que no podía comer más. Cuando podía esconder pienso o piñones, elegía estos últimos en mayor cantidad, porque acababa de hartarse de pienso.
El escenario B.
Se le volvió a suministrar pienso. Cuando el arrendajo eligió de sus propios escondites, se decantó por los piñones, de los que tenía muchos guardados.
El escenario A.
Esta vez recibió piñones para comer. Cuando él pudo elegir entre sus escondites, buscó pienso, pero había poco, porque planificó “aconsejado” por la saciedad.

Siguientes veces que se le plantea el escenario B
De nuevo, se le saturó de pienso. Recordó la escasez de la vez anterior, y ahora guardaba la misma cantidad de pienso que de piñones. Después se le ofrecieron solo piñones. En el momento de elegir de qué “despensa” comer, se alimentó del pienso que, aparentemente, planeó comer al almacenarlo.


martes, 27 de enero de 2009

Una mujer dio a luz a octillizos en Estados Unidos

Una mujer dio a luz a ocho bebes en California en la noche del lunes y todos ellos se encuentran "estables" en su salud, informó el equipo médico que atendió el parto, en principio el segundo nacimiento de octillizos vivos en la historia de la medicina estadounidense.

Los seis varones y dos niñas, cuya madre permanece en el anonimato y cuyos nombres no han sido comunicados, nacieron en un hospital de Bellflower, 30 km al sureste del centro de Los Ángeles (California, oeste de Estados Unidos), un centro que movilizó a 46 miembros de su personal y habilitó cuatro salas de parto para atender este caso.

"Hoy (lunes) fue una jornada sin precedentes y llena de excitación en las salas de operación, de trabajo y de parto, debido a que nuestro equipo de 46 médicos, enfermeras y terapeutas trajo al mundo a ocho bebés, todos nacidos vivos y muy vigorosos", indicó Karen Maples, obstetra del hospital administrado por la sociedad Kaiser Permanente.

Maples señaló que los bebés nacieron prematuros, nueve semanas y media antes, y que pesaron entre 820 gramos y 1,54 kilogramos. Sólo siete de ellos fueron detectados en ecografías, y la llegada del octavo resultó una sorpresa para el equipo médico. "Después del bebé G, que atendimos, fuimos sorprendidos por la llegada del bebé H", precisó Maples en una conferencia de prensa, revelando que esta operación demandó apenas cinco minutos, entre las 10H33 y las 10H38 (19H33 y 19H38 GMT).

"Es fácil no ver a un bebé cuando ya hay otros siete" visibles en la ecografía, explicó uno de los colegas de la doctora Maples, Harold Henry, también un ginecólogo obstétra.

El equipo médico rehusó ofrecer cualquier comentario sobre los antecedentes de la madre, ya sea sobre eventuales antecedentes de alumbramiento o de un tratamiento contra la infertilidad, procedimiento que tiene por consecuencia un neto aumento de la proporción de nacimientos múltiples en las últimas décadas.

Según el doctor Mandhir Gupta, jefe de la unidad de neonatología del hospital, "todos los niños (...) están actualmente en una unidad de cuidados intensivos, y se encuentran en estado estable. Dos de ellos están con respirador artificial y un tercero tiene también necesidad de oxígeno". Pero "los demás respiran" por ellos mismos, afirmó. Según él, los bebés "afrontan numerosos obstáculos" para sobrevivir. "El peso es una inquietud, (el más pequeño de los bebés) tiene un largo camino por delante", explicó.

En cuanto a la madre, el doctor Gupta dijo que "va muy bien; está muy feliz de haber tenido todos esos bebés y que ellos se encuentren bien hasta este momento". Según Gupta, la madre "tiene la intención de amamantarlos; es una mujer fuerte".

En un comunicado de prensa, el grupo Kaiser Permanente aseguró que se trata del segundo nacimiento de octillizos en la historia de la medicina en Estados Unidos. Si todos sobreviven, serían entonces un caso sin precedentes. El anterior nacimiento de octillizos en el país, seis niñas y dos varones, se produjo en Houston (Texas, sur) en 1998. Una de las niñas murió una semana después de nacer y los otros siete viven aún.

BootRacer: Mide el tiempo de inicio de Windows

BootRacer es un pequeño programa gratis que te permite medir el tiempo de inicio de tu Windows, sin demasiadas complicaciones. Se destaca por ser el primero detectar tiempo de login y el tiempo total de carga del Escritorio. Una herramienta útil para cerciorarnos si las optimizaciones que hemos hecho funcionan como deberían. Según BootRacer si el tiempo total de carga es mayor a un minuto, debes optimizar. En sus marcas, listos, ¡YA!

Los resultados de estas guías (o programas) muchas veces pueden ser imperceptibles para el usuario, dado que no es simple percibir los cambios sin software dedicado. BootRacer es una de esas herramientas y sirve para medir el tiempo de inicio de tu ordenador. Es la más simple que hemos encontrado, que además detecta dos parámetros importantísimos que muchos otros programas no: Tiempo de Login y Tiempo Total de carga del Escritorio. El Tiempo Total de carga del Escritorio es fundamental para una medición eficaz, ya que de nada te sirve que tu ordenador inicie en 25 segundos si para tener acceso al Escritorio debes esperar 70 segundos más.

Usar BootRacer es extremadamente simple. Lo inicias, haces algunas configuraciones mínimas, y ya estás listo para el booteo. No utiliza demasiada memoria (4.8MB), por lo que se podría decir que su existencia en el inicio no falsea en gran medida el tiempo real (aunque que lo hace, lo hace). Los resultados se van guardando en un log, por lo que puedes ir comparando los diferentes tiempos en relación a los retoques que hayas hecho.


BootRacer, midiendo el tiempo de inicio


A modo de referencia, BootRacer asegura que si el tiempo de inicio de tu ordenador es menor a 1 minuto es excelente, de allí en más le va otorgando otras puntaciones. Desafortunadamente, el programa no tiene en cuenta el tipo de hardware de tu PC, para estimar cuál es el tiempo de inicio ideal para tu configuración.

Si BootRacer no muestra los resultados, puede que suceda una de dos cosas: o bien tu ordenador es extremadamente lento y la carga del CPU es siempre mayor a la normal (cosa que puedes arreglar cambiar la sensibilidad) o no utilizas la interfaz por defecto de la versión de Windows que tengas. 

BootRacer es una pequeña herramienta, útil si lo tuyo es sacarle el mayor jugo posible al ordenador, que además sirve para probarse a sí mismo y a sus conocimientos como “Tweaker”. Es en inglés y está solo disponible para Windows en sus sabores XP y Vista. Su instalador apenas ocupa 821kb y puedes descárgalo desde el sitio oficial.

¡Internet a 100 Gb por segundo en 2 años!


Una compañía americana promete una línea de Internet basada en fibra óptica con la increíble velocidad de 100 gigas por segundo, 10 veces más veloz que la actual. Pero lo mejor viene cuando aseguran que estará operativa para el año 2011 y además en toda Europa. Vaya orgía de datos que nos espera. Bendita sea Santa Fibra Óptica de la velocísima luz. Amén.

Esta tecnología promete 100 Gb por segundo con un coste 30 % inferior

El delirio llega desde allende los mares, en la forma de una divinidad norteamericana llamada Ciena, empresa especializada en soluciones de transporte de datos y redes ethernet. Esta enviada del paraíso nos trae entre sus alas la promesa cierta de una velocidad realmente monumental. Nada más y nada menos que 100 Gb por segundo. Sí, sí, lean de nuevo. Se lo deletreo si quieren. Cien hermosos y salvajes Gb por segundo. Y además, se erigen como la primera empresa que ha conseguido transmitir datos a semejante velocidad con una seguridad total y sin fallos o pérdidas de información de ningún tipo, tal y como ha explicado el director general para el sur de Europa de esta empresa, Antonio Gómez, en Madrid. Según el director, aparte de la ventaja que supone transmitir cantidades tan grandes de información a tanta velocidad y con absoluta seguridad gracias a la aplicación de esta tecnología, se calcula que cada byte por segundo costará un 30% menos que en la actualidad. De acuerdo a sus estimaciones, en los últimos años se ha producido un progresivo incremento del tráfico de datos en la red, aproximadamente el 20% cada año, y la previsión es que la tendencia se mantenga o incluso se acentúe. O sea, a ver si lo hemos entendido bien. No sólo ofrecen una velocidad de transmisión de datos afrodisíaca, sino que encima prometen que será ¡¡más barata!! ¿Me he muerto y estoy en el paraíso?. Que no me resuciten. Yo me quedo aquí.



Recuerden este rostro pues será el que nos traiga los 100 Gb por segundo

Las posibilidades de esta nueva tecnología de transmisión de datos, cuya implantación en el mercado se prevé para mediados de 2011, son enormes, según sus responsables, ya que permite, por ejemplo, la transmisión, en sólo 12 horas, de un volumen de datos equivalente a 125.000 DVD, a 500.000 páginas de texto o toda la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos. En la actualidad son varias las empresas que trabajan con este nuevo tipo de tecnologías, con vistas a multiplicar con creces las actuales capacidades de transmisión de datos en Internet, ya que, según los expertos, se están saturando las redes debido al vertiginoso aumento de descargas (música, vídeos, etc), debido a la proliferación de las redes sociales y del intercambio de datos entre cibernautas. El motor de todos estos intercambios masivos no son otros que los P2P, tan denostados por las autoridades de los países y sin embargo, responsables del espectacular aumento de la velocidad de Internet. Y velocidad es siempre signo de progreso. Ya casi se puede medir el avance de una sociedad observando la velocidad medía de las líneas de sus abonados. Se ha instaurado tan profundamente la cultura de Internet que su capacidad de transmisión de datos representa el motor que empuja el crecimiento tecnológico. Lo que más me gusta de esta noticia es la inminencia y el realismo de esta tecnología. No estamos hablando de complicados e irrealizables proyectos futuros que nunca ven la luz debido a su intrincado desarrollo.

Esta empresa de fibra óptica la representa un director español con intenciones de expandirse por el Sur de Europa, con lo cual queda de manifiesto su intención de implantarse en el país y su plazo, además, lo han recalcado sin ambigüedades: 2011. Dos años no parece un tiempo difícil de alcanzar así que esperaremos embelesados a que llegue esta fiesta de velocidades. Siempre y cuando los estados no hayan decapitado a las redes P2P porque entonces ¿De que serviría tanta velocidad?. Bueno, siempre nos quedaran las descargas directas. Con una red de 100 Gb por segundo, no hay gobierno que se resista.

Cómo arreglar píxeles atascados en un iPhone




Para muchos, uno de los mejores teléfonos que se ha creado hasta la fecha. Dentro de todo resistente, con una variedad de software cada vez mayor y un repertorio de accesorios impresionante, el iPhone sigue ganando adeptos alrededor del globo. Sin embargo, utilizar esta pieza de tecnología significa también que hay que sufrir las consecuencias cuando cosas malas le pasan. Una de esas cosas son los píxeles atascados, pequeños puntos odiosos en la pantalla que no hacen nada salvo molestar. Que tengas un par de estos puntos en el iPhone (o en cualquier dispositivo LCD) es un problema serio, pero tal vez puedas hacer algo antes de llevarlo a la garantía... o tirarlo de un octavo piso.

Las políticas de devoluciones en productos LCD con píxeles atascados o muertos dejan mucho que desear. El fabricante, haciendo referencia a una norma ISO con varios agujeros en relación con la defensa del cliente, puede declarar que un par de píxeles muertos están dentro del margen de error de fabricación y rechazar cualquier clase de reclamo. El iPhone es un caso muy especial. En algunos lugares es muy difícil conseguirlo, la mayoría de sus vendedores no cuenta con un respaldo oficial de Apple a nivel de garantía del producto, e incluso muchos renuncian del todo a dicha garantía con tal de poder utilizarlo en otro país completamente desbloqueado.



Un iPhone con píxeles atascados

Para el iPhone (y otros dispositivos) existen algunos métodos a nivel software, que se basan principalmente en hacer cambiar la pantalla de color rápidamente, en un intento por estimular al píxel atascado y hacerlo volver a su funcionamiento normal. Pero hay que tener en cuenta un detalle que muchos dejan pasar de largo: Un píxel atascado puede llegar a repararse. Un píxel muerto, es casi seguro que no. Un píxel muerto está relacionado (usualmente) con un inconveniente en un transistor, por lo que una falla de hardware es más probable. En cambio, ha habido reportes de píxeles atascados que desaparecieron con el tiempo, o que fueron reparados por utilidades de software.



En este caso son menos evidentes, pero siguen estando ahí

Sin embargo, cuando estas utilidades fallan, se recurre a métodos más directos. Masajear al píxel atascado o golpearlo suave y repetidamente con la punta de un bolígrafo son dos de las formas más populares utilizadas para reparar píxeles atascados. La cosa se complica un poco en el iPhone ya que su vidrio protector puede ser bastante resistente. De todas formas, con mucha paciencia y dedicación puedes lograr "mover" a esos píxeles atascados hacia alguno de los bordes de la pantalla, haciendo presión en vez de golpeando. Esto puede evitar en el corto plazo una costosa reparación reemplazando el LCD del teléfono, pero como toda medida de este tipo a nivel tecnología, puedes terminar haciendo más daño que bien.

Si la cantidad de píxeles atascados en tu iPhone es muy grande, puedes probar alguno de estos métodos, pero es probable que toda esta operación no valga la pena por un solo píxel aislado. La tecnología LCD ha avanzado mucho, aunque todavía queda un buen tramo por delante hasta que veamos este problema erradicado por completo.

El Super Linux Ruso


En una movida que hubiera sido digna de la Unión Soviética hace un par de décadas, el gobierno ruso está evaluando la posibilidad de crear un sistema operativo "hecho en Rusia", en un intento de reducir de manera drástica la dependencia de esa nación sobre licencias internacionales. Y por supuesto, la base para dicho sistema operativo no sería otra que el pingüino preferido de muchos.

Los desarrolladores de TI locales esperan obtener el apoyo del presidente Medvedev en esta iniciativa a través de una petición que, según su fuente, estaría siendo presentada en el día de hoy. Ya existen ejemplos a nivel mundial de naciones volcándose al software abierto y gratuito para reducir costos (como la distro "Red Flag" creada en territorio chino), pero es la primera vez que se solicitaría el apoyo del presidente ruso a través de una carta, en un proyecto de estas características.



Tal vez el proyecto prospere, si tenemos en cuenta que el presidente ruso no es muy aficionado a Microsoft que digamos...

Por supuesto, esto ha generado cierto nivel de rechazo entre las empresas de software propietario, con Microsoft a la cabeza. Según Oleg Syutin director del Departamento de Tecnologías y Desarrollo Económico en Microsoft Rusia ha declarado que algo como un sistema operativo nacional "no es necesario", y dio a entender que cualquier cosa que sea desarrollada no debe estar orientada a reemplazar sino a "acoplarse" a las infraestructuras existentes para asegurar la interoperabilidad.

Lamentablemente no se conocen cálculos o estimados de la clase de inversión que esto podría llegar a demandar. No deja de ser cierto que si se trata de una distro de Linux debería ser en teoría gratis. Sin embargo, tal y como Linux propone, cualquiera puede tomar el código y modificarlo de acuerdo a sus necesidades. Dichas modificaciones demandan un amplio planeamiento, mucho tiempo, y sin ningún lugar a dudas, dinero.



Rusia ha pasado por momentos muy complicados en los últimos tiempos (la situación del gas natural ha sido como mínimo, delicada), pero esperamos ver pronto información alentadora sobre este posible proyecto. Hace un tiempo se había especulado que todas las escuelas rusas podrían llegar a utilizar software de código abierto para el 2009. Tal vez esto sea el comienzo de una ola de proyectos Open Source y completamente gratuitos, que incluso podrían ser adoptados por otras naciones, en busca de reducir la dependencia sobre el software propietario.


Europa no dependerá del petróleo

Los holandeses han propuesto un ambicioso plan para construir un complejo eólico en el Mar del Norte que sería capaz de generar energía suficiente para todo el continente. Se trataría de electricidad limpia obtenida del viento que sopla con mucha persistencia en aquella zona y, además, no entorpecería el normal desarrollo humano por encontrarse en un lugar muy lejano y despoblado.

La Sociedad Holandesa de Naturaleza y Medio Ambiente sorprende al mundo con este audaz proyecto, tan increíble como fascinante. Pretenden aprovechar la energía del viento de una superficie del Mar del Norte que ocupa un 33 % del total. La extensión de terreno prevista para instalar las turbinas eólicas de 5 MW será de unos 193.000 kms/2 y los molinos serán empotrados a 50 metros de profundidad en el mar. La capacidad de este enorme anillo de generadores se prevé en unos 13.400 Teravatios por hora, una cantidad realmente descomunal que podrá abastecer a todos los hogares de Europa. Con estas cifras mareantes, el continente podría abandonar de forma definitiva su dependencia del petróleo. Incluso alcanzaría para venderle energía a otros países. 


Recreación artística del parque eólico marino del Mar del Norte 


Según los planes de la OMA (Oficina de Arquitectura Metropolitana), que ha sido la diseñadora de este plan maestro, estima que para el año 2050 se logrará la total independencia de Rusia y de los países del Golfo, que son actualmente los que venden el petróleo a Europa aunque para el 2020 se especula que la granja de generadores podría estar ya produciendo 1.300 Teravatios a la hora, energía considerable que proporcionaría el 10 % de toda la necesaria en el continente. Además se propone también una prohibición de cualquier tipo de circulación de barcos de pesca en los alrededores del parque eólico, por lo tanto, esto fomentaría el cuidado de las especies marinas allí presentes y un mayor respeto por el medio ambiente. No sabemos si este proyecto llegara a materializarse algún día pues por ahora sólo se presenta como faraónico concepto, pero al menos muestra que los gobiernos europeos tienen ideas y ganas de realizarlas. Tal y como se presenta el futuro del petróleo, tarde o temprano tendremos que decidirnos a dar salida a las energías renovables.

domingo, 25 de enero de 2009

Momias no sólo egipcias

Después de más de 85 años después de su descubrimiento, ya no habrá que ser un científico privilegiado para poder ver el rostro de Tutankamon. Sólo habrá que ser un privilegiado para ir hasta Luxor y verlo dentro de su nueva urna que lo protegerá de los daños externos.

Noticias de este tipo me hacen recordar que tengo un montón de conocimientos por profundizar. Desde siempre me han atraído las momias, y cualquier prueba orgánica de un pasado desconocido, ya sea humano o de cualquier otro animal. El concepto de muerte se diluye para quedarse fascinado frente a estas momias que tanto parecen que quieren decir desde su silencio.

Al pensar en momia, lo primero que nos viene a la cabeza es la egipcia, preparada y embalsamada para su viaje al más allá, pero no hay que olvidar que existen las momias naturales (más espectacularse si cabe) y que son igualmente famosas las momias tibetanas o incas (¿quién no recuerda la de Rascar Capac en las aventuras de Tintín, inspirada en una momia real peruana?).

Algunas momias famosas no egipcias, normalmente por su buen estado de conservación:


Ötzi, el hombre del hielo: es la momia humana natural más antigua conocida. Pertenece a los restos de un habitante de los Alpes italianos de la edad de Bronce (5300 años de antigüedad). Gracias a su descubrimiento se ha obtenido valiosa información sobre el periodo en que vivió.



Momia Juanita, Dama de Ampato o la Dama de Hielo: perteneció a una niña de aproximadamente 14 años de edad, que murió entre 1440 y 1450. Fue integrante del Imperio Inca y escogida para ser sacrificada y ofrecida al volcán Sabancaya, para que las erupciones cesaran.




Momias de Guanajuato
: Guanajuato (México) es el lugar en el que existen más momias naturales en todo el mundo. La clave está en las criptas arcillosas o calizas y el medio ambiente húmedo. Los cuerpos se deshidratan y así no son atacados por los organismos descomponedores. La momia de la foto es la más pequeña del mundo, perteneciente a un feto. Fue encontrada en brazos de su madre, que se exhibe en el mismo museo (ver enlace del título).




Momias de Llullaillaco
: se trata de tres momias de niños incas (15,7 y 6 años), que igual que Juanita, fueron sacrificados a los dioses. Su antigüedad es de unos 500 años.




Momias guanches: los antiguos habitantes de las Islas Canarias momificaban a sus difuntos con varias capas de piel curtida. Estas envolturas, además de hacerse con fines religiosos y para proteger el cadáver, también señalaban la identidad y rango del fallecido.




Momias inuit: son las momias esquimales de Qilakitsoq (Groenlandia), de más de 600 años de antigüedad. La de la foto pertenece a un bebé que estaba enterrado junto a otro y seis mujeres. El viento seco y las bajas temperaturas permitieron su perfecta momificación.


Momias Chinchorro
: antes de egipcios e incas, hacia el 5.000 a.C, los pescadores Chinchorro de la costa del desierto de Atacama (Chile) ya practicaban la momificación. Según la técnica, obtenían momias negras, rojas y vendadas.

De la misma zona y antigüedad, es también la llamada Miss Chile, aunque ella sufrió un proceso de momificación natural, debido a la salinidad del suelo del desierto y a las altas temperaturas. Conserva hasta las pestañas y es una de mis favoritas.





Hombre de Cherchen
(momias de Taklamakan): es una de las momias de 4.000 años de antigüedad halladas en esta zona de China, pero de rasgos europeos:1,80 de estatura, pómulos y nariz angulosos, pelo castaño pelirrojo. Esto provocó y sigue provocando tensiones nacionalistas sobre el origen de los pueblos asiáticos. La momia fue encontrada junto con las de tres mujeres y un bebé, enterrado junto con el biberón más antiguo que se conoce.



Lady Dai: presume de ser la momia mejor conservada del mundo. Su origen es China, de donde se dice, visto lo visto, que sabían conservar mejor los cuerpos que los mismísimos egipcios. Perteneció a la Dinastía Han (178-145 a.C.) y fue de familia acomodada. Su aspecto es el de un cadáver "reciente": piel elástica, sangre en las venas y sus órganos intactos. ¿Fue la tumba donde estaba? ¿El extraño líquido donde está sumergida? Los científicos todavía no han podido asegurar porqué se ha conservado tan bien.

Humano: has sido seleccionado

La realidad de este mundo está hecha de objetos y de sucesos. Los objetos ocupan el espacio con materia, y los sucesos el tiempo con cambios. Toda la materia, unos dos billones y medio de trillones de cuatrillones de kilos, se distribuye en objetos cuyas propiedades evolucionan con el tiempo. Una galaxia, un árbol y una catedral son objetos que aparecen, se transforman y desaparecen. En el principio de los tiempos, la materia del Universo se desparramaba en una especie de sopa de quarks. Cada objeto actual tiene una particular evolución que arranca de aquella lejana fecha. Desde entonces han ocurrido tres cosas de auténtica trascendencia. La primera es, desde luego, la creación de la materia. La nada se rebeló contra sí misma y así surgió la materia inerte. Algunos miles de millones de años después, en un rincón del Universo, un pedazo minúsculo de materia inerte se rebeló contra la incertidumbre de su entorno y se complicó lo bastante para ganar independencia. Así surgió la materia viva. Y hace bien pocos millones de años, una parte bien modesta de la materia viva protagonizó la tercera gran rebelión y se complicó aún más hasta lograr anticipar muy altos grados de la incertidumbre. Así emergió la materia inteligente: el ser humano. Podemos imaginar una partición de la historia de nuestro rincón del Universo en tres grandes edades: I) La edad de la materia inerte; II) La edad de la materia viva, cuando solo existía materia inerte y materia viva; y III) La edad de la materia inteligente, en la que coexisten las tres clases de materia y en la que estamos inmersos actualmente. Consideremos ahora la probabilidad de que un objeto de la edad de la materia inerte experimente un cambio. El hecho de que tal cambio ocurra dependerá de un tipo de selección que bien podemos llamar “selección fundamental”, impuesta por leyes tan básicas y universales como la gravitación, la conducción de calor y la propagación de la luz. Un ejemplo de selección fundamental: la gran mayoría de los cuerpos celestes, a partir de cierto tamaño, son esféricos porque la uniformidad e isotropía del espacio (ausencia de posiciones y de direcciones especialmente privilegiadas), y el carácter central de las fuerzas dominantes seleccionan (favorecen) esta forma por encima de cualquier otra alternativa. Los estratos rocosos que asoman en las montañas debido a la erosión suelen aparecer como típicas hileras horizontales de rocas seudocúbicas. Por selección fundamental, se desprenden de cuando en mucho, ruedan ladera abajo, se erosionan, se redondean, pasan al fondo del mar en forma de arena, se comprimen por la presión y millones de años después aparecen de nuevo en forma de roca en lo alto de las montañas…

Somos seres independientes
Consideremos ahora un objeto típico de la materia viva. Para existir, para mantener una identidad viva, no basta con superar el examen de la selección fundamental. Un individuo vivo supera, además, la llamada “selección natural”. Esta idea, debida a Darwin, es probablemente una de las más simples, brillantes y potentes de toda la historia de la ciencia. Un ser no vivo sigue mansamente los caprichos de la incertidumbre de su entorno. La temperatura de una piedra varía, con mayor o menor inercia, al compás de las fluctuaciones de la temperatura ambiental. Un individuo vivo, en cambio, tiende a mantener su identidad independiente de tales caprichos y oscilaciones. La temperatura de un ratón fluctúa mucho menos que la temperatura de su ambiente. En el mundo de lo vivo, la selección natural acentúa la presencia de ciertas propiedades y, atención, introduce un concepto nuevo en la historia del Universo: la función. En efecto, solo por pasar el filtro darwiniano de la selección natural, una innovación queda adornada con una función, que no es sino el detalle por el cual el individuo mejora su disposición para defender su independencia. Un objeto muy frecuente del mundo vivo es el huevo. Todos los animales, todos, descienden de esta prestigiosa célula. La selección fundamental, en la incertidumbre ambiental y de las condiciones de isotropía de las aguas del Cámbrico, favoreció la forma esférica. La esfera triunfó espectacularmente como una buena forma para el concepto huevo. La selección fundamental es generosa con la esfera, de modo que la selección natural no tuvo más que firmar esta forma espontánea, que ya de por sí era razonablemente frecuente. Cada golpe de cincel de la selección natural distorsiona, pues, una o varias propiedades de los objetos vivos. En ocasiones, un cambio en la incertidumbre ambiental descubre una función oculta en una novedad seleccionada naturalmente por otra novedad bien distinta. Es el caso del concepto “pluma”, que emerge con la función de proteger térmicamente y que, millones de años después, resulta que se consolida con otra tanto o más trascendente: la capacidad de volar. Un golpe de selección puede proveer de más de una función. Pero también es importante comentar que la misma función puede asomar en la evolución como consecuencia de dos golpes de selección bien diferentes. Las plumas no son imprescindibles para volar, como bien saben los murciélagos, ciertos insectos, ciertas semillas… Incluso es posible que la selección natural apruebe soluciones similares en objetos bien diferentes para resolver incertidumbres parecidas (convergencia). Es el caso de la forma de los delfines (mamíferos) y la de los atunes (peces). O el ojo del tipo del pulpo (molusco), una estructura reinventada (reseleccionada) decenas de veces a lo largo de la evolución en géneros muy distantes de animales. En todo caso, una cosa está clara: la inseparable relación entre dos conceptos, el de función y el de algún tipo de selección no fundamental.

El efecto de la inteligencia

La roca caerá. Y no por efecto de los rezos de los monjes budistas que peregrinan a Golden Rock (roca dorada), en la cumbre del Monte Kyaiktiyo, en Birmania (Myanmar). Las fuerzas de la naturaleza hicieron que se redondeara, que hoy se asome al abismo, y que algún día se desprenda y acabe en el valle. La roca sufre el efecto de la

De hecho, el concepto función depende de dos tipos de selección. La primera es la que acabamos de comentar, la selección natural. La segunda se adivina sin más que añadir un ejemplo a la lista de las raras maneras de volar sin plumas: la de la recentísima industria aeronáutica. Es la que falta para abordar la primera gran clasificación de los objetos del gran catálogo del mundo. Es la selección cultural.
La selección fundamental actúa nada más existir la materia inerte y las leyes fundamentales de la naturaleza, la selección natural inmediatamente después de que de ella surgió el primer ser vivo, y finalmente, la tercera y última clase de selección, la selección cultural, justo después de que cierto ser vivo accedió a un nivel de inteligencia capaz de anticiparse a su incertidumbre mediante el conocimiento abstracto.
Antes de la materia viva, solo se veía volar objetos más densos que el aire si estos eran muy ligeros, como partículas de ceniza o de polvo. Una piedra rebotada de una avalancha o un meteorito procedente del cosmos son sucesos nada frecuentes en términos de su tiempo de ocurrencia. La selección natural distorsionó definitivamente esta posibilidad, y el cielo se vio más tarde surcado por insectos, reptiles y pájaros bastante más pesados. Fue un logro de la selección natural. Pero, desde luego, nada comparado con la posibilidad de contemplar un Boeing 747 atravesando el Atlántico a diez mil metros de altura en la edad de la materia inteligente que vivimos ahora. Todas las piezas de este artefacto y su compleja relación mutua son el prodigioso resultado de la selección cultural. Con ella emergen nuevos conceptos. Son ideas como proyecto, diseño, plan, intención, teleología… Quizá se pueda acuñar esta máxima: crear es seleccionar… ¿qué, si no? Es lo que hace un jugador de ajedrez cuando mueve una pieza, es lo que hace un poeta cuando escribe, es lo que hace un escultor cuando esculpe… ¡y es lo que hace un científico cuando hace ciencia! Aquí se cierra un interesante círculo virtuoso. Comprender también es seleccionar. De hecho, si no existiera algún tipo de selección, todos los objetos y todos los sucesos serían igualmente probables. En tal caso, no habría nada que comprender. Pero una selección es un instrumento para romper equiprobabilidades. En general, al científico, se le despierta el olfato cuando se da cuenta de que algo se aparta de la equiprobabilidad, cuando percibe que algo se repite en la naturaleza, cuando observa cosas comunes en objetos o fenómenos diferentes. Entonces, anuncia una nueva comprensión científica, decimos que existe una ley, un conocimiento, una inteligibilidad…

La función de la cola del elefante
Démonos ahora una vuelta por lo vivo, una selva tropical por ejemplo, y echemos también un vistazo a un espacio habitado por lo inteligente, digamos una ciudad. Una primera ojeada nos convence de que, en efecto, las probabilidades de emergencia se han distorsionado. Ahora constatamos (si seguimos atendiendo a la forma de los objetos) que en los nuevos paisajes elegidos, en la selva y en la ciudad, la distribución de formas se ha alejado aún más de la uniformidad. Ciertos objetos con forma de hélice, por ejemplo, son mucho más frecuentes en una selva que en otros ambientes. Y aunque en principio no tenía por qué ser así, las hélices aún se prodigan con mayor insistencia en un ambiente urbano. Basta un sencillo experimento mental: si eliminamos de un plumazo todas las trepadoras, zarcillos, colas, trompas… (hélices vivas) de una selva, esta se vendrá abajo con estrépito. Y con no menos estrépito se derrumbará una ciudad si la privamos de repente de todos los tornillos, cables y cuerdas previstos en sus múltiples estructuras (hélices inteligentes). Cuando un objeto aprueba el examen de una selección natural o cultural, gana algo que promociona su probabilidad de permanencia: gana función. La presencia de la hélice en la realidad se comprende por su función de agarrar; después está la esfera, que protege. El hexágono pavimenta, la espiral empaqueta, la parábola emite y recibe, la onda desplaza, la punta penetra, la catenaria aguanta, los fractales intiman el espacio con continuidad…Así se puede trazar una panorámica de la realidad y de nuestra voluntad para comprenderla. La selección natural es un logro de la selección fundamental, y la selección cultural un logro de la selección natural. Superar selecciones fundamentales significa estabilidad, opciones para permanecer en la realidad. Superar selecciones naturales significa adaptabilidad, funciones, opciones para seguir vivo. E inventar selecciones culturales significa crear conocimiento, opciones para aumentar la independencia respecto de la incertidumbre. La selección natural de Darwin no es, pues, una feliz seta aislada en el bosque del conocimiento, sino uno de los tres pilares de todo un esquema conceptual sobre el proceso de cambio en la realidad de la que somos parte.

Huevo, pluma o tornillo: formas perfectas. El huevo

En la foto pequeña podemos ver un óvulo con espermatozoides

Las bondades de la esfera
Representa el mayor volumen con la mínima superficie en contacto con el exterior, lo que permite preservar el calor mejor que cualquier otra forma.
Los huevos esféricos pierden lentamente el calor que se produce en su interior (en realidad, la gallina cuando incuba hace de manta, es decir, evita que el huevo se enfríe; pero no lo calienta, el calor fluye del huevo hacia la gallina, o sea, ¡es el huevo el que calienta a la gallina!). La forma esférica también dificulta un ataque a mordiscos por unas fauces cuyo diámetro no sea mucho mayor que el de la esfera. Así, las esferas vivas protegen como mínimo contra el enfriamiento y la depredación. Proteger, he aquí la presunta función de ciertas esferas de ciertos objetos vivos en ciertos ambientes.

Huevo, pluma o tornillo: formas perfectas: Pluma

Lo importante es despegar
Y no importa cómo. La pluma de los pájaros cumplía la función prioritaria de calentar el cuerpo, y además se reveló como una forma perfecta para permitir el vuelo. Pero no son imprescindibles las plumas para despegar; y si no, que se lo pregunten a los murciélagos. Una capacidad tan extraordinaria fue tenazmente perseguida por el ser humano. La selección cultural permitió encontrar la manera de imitar a pájaros y murciélagos, aunque por caminos distintos.

Huevo, pluma o tornillo: formas perfectas. Tornillo


Para trepar y agarrar
La hélice es una forma frecuente, y frecuentemente favorecida por su función de anclaje seguro y fuerte. Un remolino de agua y un tornado son hélices espontáneas, no tienen función. Sí la tiene un zarcillo, una semilla con un refinado mecanismo que la hace caer en hélice cuando se desprende y una trepadora que busca la luz en la selva. El trenzado de una cuerda, o un simple tornillo, comparten la función de agarrar. Hélices seleccionadas por el ser humano.

sábado, 24 de enero de 2009

El viaje que cambió nuestras vidas

Darwin en Galápagos: “En mi excursión tropecé con dos grandes tortugas... Me entretuve muchas veces en alcanzar a uno de estos monstruos. A menudo también me puse de pie sobre su espaldar, y dando algunos golpes en la parte posterior del mismo lograba que se levantara y emprendiera la marcha; pero me fue difícil conservar el equilibrio…”

Hubo un tiempo en que el mundo era inmenso y estaba aún por descubrir. Había lugares que no se sabía cómo eran, ni quién vivía en ellos. Grandes extensiones del planeta aparecían en blanco en los mapas, o tenían contornos difusos. En consecuencia, las naciones adelantadas (incluida la nuestra) organizaban expediciones para conocerlas. Los aventureros que hicieron esos viajes nos parecen hoy cargados de prestigio, y los libros que escribieron son joyas de la literatura geográfica. Pero esos sabios venerados eran muchachos, casi críos, cuando vivieron sus correrías científicas. No ocupaban, muchos de ellos, la posición de profesores, sino la de alumnos. Charles Darwin, el anciano de barbas blancas que todos tenemos en la cabeza, solo tenía veintitrés años cuando se embarcó en el navío Beagle para dar la vuelta al mundo. Acababa de terminar sus estudios en la Universidad de Cambridge. Hoy en día sería un becario. Pero es que Fitz Roy, el capitán que mandaba el barco, solamente tenía veintiséis años.
El Beagle era un buque de guerra, originalmente un brig de la clase Cherokee, un “bergantín ataúd” –como motejaban los marinos a los barcos de esa serie por su propensión a volcar– que fue modificado para convertirse en un bricbarca (añadiéndole una mesana, con cangreja en lugar de verga de cruz). Solo portaba seis cañones, porque su misión no era de guerra. Más bien deberíamos considerarlo un barco oceanográfico; su tarea principal consistía en cartografiar las costas de la Tierra de Fuego. El Beagle era una especie de nave nodriza, una base flotante, desde la que se enviaban botes a hacer los trabajos de medición. A bordo viajaban, de vuelta a casa, tres fueguinos (nativos de Tierra de Fuego) “recogidos” en una expedición previa.
Las condiciones de trabajo eran muy difíciles allá abajo, con mal tiempo y pésima mar. El capitán anterior, Stokes, se había pegado un tiro en la cabeza para ahorrarse fatigas. Fueron cinco años duros, con pocas comodidades y trabajo muy intenso. Para colmo, el joven naturalista se mareaba todo el tiempo cuando estaba embarcado. Por eso, y porque en el mar había poco que estudiar, Darwin pasó tres de los cinco años en tierra firme. Cuando el barco atracaba, él se iba por su cuenta.

Pisar tierras españolas

Un velero bergantín… Tenía 30 m de eslora, 8 m de manga y 4 m de calado. 75 personas recorrieron el mundo a bordo. El equipaje de Charles Darwin: 12 camisas, 1 par de zapatos livianos, 1 par de chinelas, 1 microscopio, 1 brújula simple, 1 compás geológico. 2 pistolas, 1 rifle con piezas de repuesto, 3 libros de idioma castellano, otros 14 libros, 1 caja de lápices y 3 barómetros de montaña.

A la vuelta escribió un relato de todo lo que había visto y de todo lo que le había pasado. Ese libro es una delicia que está llena de observaciones y reflexiones, especialmente de Sudamérica, donde transcurrió la mayor parte del viaje. Aparecen muchos tipos humanos y una gran diversidad de paisajes.
Aunque no hubiera escrito El origen de las especies, Darwin habría pasado a la historia de la literatura de viajes por su diario, que recibió una espléndida acogida. Es difícil reseñar grandes hitos de la travesía, porque todo lo que en ella ocurrió es importante. Pero me gustaría destacar en primer lugar su “casi” visita a la isla de Tenerife.
En su detallado diario de a bordo (Diario de un naturalista alrededor del mundo, que ahora reedita íntegro Espasa), Darwin explica por qué no desembarcaron: “El 6 de enero (1831) llegamos a Tenerife, pero se nos prohibió desembarcar por temor de que lleváramos el cólera; a la mañana siguiente vimos salir el Sol tras el escarpado perfil de la isla de Gran Canaria e iluminar súbitamente el pico de Tenerife, en tanto las regiones más bajas aparecían veladas en nubes aborregadas...” Pero aquel era solo el comienzo del largo viaje en el que quizá el tramo más arduo fue el que llevó a parte de la tripulación a remontar el desconocido río Santa Cruz, en Argentina.

Resistir a los indios
El Beagle había anclado dentro de la desembocadura el 13 de abril de 1834; por entonces, apenas se sabía nada de este gran río argentino. Darwin relata así cómo se organizaron: “Partieron tres botes balleneros con provisiones para tres semanas, y los expedicionarios éramos 25, número suficiente para resistir cualquier partida hostil de indios. Claro es que contra una corriente tan violenta resultaba del todo imposible remar o utilizar las velas; en consecuencia, hubo de recurrirse al artificio de atar los tres botes, uno tras otro, proa con proa, dejando dos hombres en cada uno, mientras los restantes saltaron a tierra para sirgar...” Tuvieron que dar la vuelta antes de llegar a los grandes lagos de glaciares y ver el Perito Moreno: “El capitán Fitz Roy resolvió no llevar los botes más arriba. El río tenía un curso tortuoso y muy rápido, y el aspecto del país no convidaba a seguir adelante. Además de la pérdida inútil del tiempo que nos habría costado el intento de seguir remontando el río, llevábamos ya algunos días a media ración de pan… Todos menos yo venían descontentos, pero a mí aquella navegación río arriba me dio a conocer una sección interesantísima de la gran formación terciaria de Patagonia”, relata Darwin.
Tierra de Fuego era el destino oficial del Beagle, ya que iban a cartografiar sus costas y a bordo del barco viajaban, de vuelta a casa, tres fueguinos que habían sido “recogidos” en un viaje anterior. El capitán Fitz Roy se había apoderado de unos cuantos “naturales”, reteniéndolos como rehenes por la pérdida de un bote que habían robado (entre ellos había un niño que Fitz Roy compró, según relata Darwin, por un botón de nácar). Les enseñaron inglés, modales británicos y a dos de ellos les bautizaron como York y Jemmy. La tercera, una muchacha, se llamaba Fuegia Basket.

El mundo virgen de Galápagos

Nativos. El de la imagen, es un aborigen australiano. Darwin detalla numerosos pueblos indigenas. En Australia se sorprende con sus danzas rituales. Abajo, la que es probablemente su ilustración más famosa, en la que muestra la diferencia en los picos de los Geospizas, diferentes según la isla del archipiélago de Galápagos que poblaban.

Pero el epicentro del viaje del Beagle está en las islas Galápagos. Aquí, y a lo largo del mes que duró su estancia en el archipiélago, Darwin reunió suficientes datos para elaborar su importante Teoría de la Evolución. En Galápagos no deja de sorprenderse con lo que encuentra: “La Historia Natural de estas islas es curiosísima y merece especial atención. La mayor parte de los seres que en ella viven son aborígenes y no se encuentran en ninguna otra parte; aún hay diferencia notable entre los que habitan en las diversas islas… Me veo movido a creer que, en un período geológicamente moderno, el archipiélago ha estado cubierto por el mar. En tal supuesto, así en lo que se refiere al espacio como al tiempo, me parece acercarnos mejor al gran hecho ­–que es un misterio entre los misterios–: a saber, la primera aparición de nuevos seres en el globo que habitamos”.
Sorprende mucho la actividad y coraje que desplegó el joven Darwin en su recorrido, sobre todo cuando se compara con su vida posterior, del todo sedentaria. Pero en realidad no hay un gran cambio con el Darwin anterior al Beagle, que fue siempre un gran deportista y un adolescente muy inquieto. La ruptura vital se produjo luego, a la vuelta. No se puede decir, sin embargo, que el mundo por el que viajó Darwin permaneciera por aquel entonces aún ignoto y en tinieblas. Él no vivió las épocas de las grandes exploraciones, aunque, obviamente, en sus días quedaba mucho trabajo por hacer. No, no era un mundo por conocer, era un mundo por entender. En eso, en cuanto a la geología y la biología, permanecía aún virgen, porque no había explicaciones para lo que los ojos veían y los libros y mapas ilustraban. Y Darwin, él solo, lo entendió todo. Vaya si lo hizo.